bosque de pinos y álamos, escribí
con mi pluma aquellas cosas
dañadas.
El amor de mi vida que me
asusta cada mañana, es un amor
histórico querido y amado.
Al llegar la noche veía en el
fondo de mi habitación, el amor
en una figura bastante iluminada.
De aquél amor aprendí a
querer, como lo hermoso que
es el trigo en una hermosa
cosecha, o como las rosas
sonrosadas colocadas en mi
cuarto.
que nos enseñan majestuosamente
paisajes.
¡Oh! me oyes estoy muy cerca
de ella, hay un bosque solitario,
donde me pedía que escribiese
su nombre en un álamo.
Que será de mi vida sin ella,
tengo la cabeza llena de brujas,
que no sabrán más de ella,
recuerdo cuando me escondía
para verla y ella no me veía.
Yo tenía miedo que ella no me
respondiera, solo su penumbra y
sus recuerdos para pensar en ella.
Autor Juan Alonso Nebreda
8 de Enero del 2013
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