miércoles, 6 de marzo de 2013

(EL PAISAJE) DE JUAN ALONSO NEBREDA

    Hay dulzura en mi vida, en un día muy
inquieto, los álamos se extienden y sus
ramas se abrazan a la tierra.
     Una bruma espesa cubre casi toda la
ladera, las telarañas se extienden, que
tapan todos los senderos de toda la
pradera.
    Los manantiales brotan,el agua
susurra su silencio sobre la hierba.
    Un caracol pacifico camina por la
vereda, ignorado y humilde sin saber a
donde llega.
     Su paisaje reluce es un sacrificio ver
la divina naturaleza.
     Le dí virtud, valor, fe y así olvidar
las penas.
     caminamos lentamente para ver el
final de la senda, penetrando en el pinar
que era un bosque de pinos y de yedras,
lleno de ramas, espinos, tojos y demás
malezas.
     Caminamos sin cesar, vimos animales
y ranas viejas, que apoyadas sobre el
suelo estaban, que parecían estar
enfermas.
    Seguimos caminando, al fin
contemplamos la virtud, el encanto el
trinar de las aves que alegraban el paisaje
de una vista quebrada y rocosa, pero
diga de una mañana inmensa.
  Seguimos caminando, al fin vimos lo
imprevisto un rebaño de ovejas con un
cordero naciendo, era la vida y la
alegría completa, su ley la ley de la vida.
  Autor Juan Alonso Nebreda
  6 de Marzo del 2013

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