pasado, todo un amor con un horizonte
esplendoroso y lleno de estrellas y espinos.
Te ame pero no quisiste, anduviste
descalza teniendo zapatos para calzarte y
zapatos con tacones sucios para apagar las
llamas del fuego.
Hay mi gran amor dulce amada, me detuve
en los ríos donde te mojas, no dejes de
caminar hacía tu vida, vivía en paz hacía ti y
hacía todos, pero te levante en mis fuertes
brazos y te clave la mirada como jamás
mire a nadie, se que volveré a mirarte y
mi mirada jamás se borrará.
Hay mi gran amor dulce amada.
No mediste mi altura, y al hombre y al
hombre que te amo y retiro la sangre del
delito, el trigo y el agua confundiste con
Hay mi gran amor dulce amada.
No volveré a mirarte en la distancia,
lo de atrás pertenece al recuerdo con
lo que dejamos pasar.
Yo seguiré caminando paseando por
largos senderos, mirando atrás esta mi
sombra haciendo suave la tierra y
repartiendo el amor para los que vienen.
Me quedé en el camino, llegó la noche,
para mi tal vez el alba, nos volveremos a
ver.
Hay mi gran amor dulce amada.
Autor Juan Alonso Nebreda
15 de Febrero del 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario