cuando te nombro me sales en mi
memoria, un cielo, la luna brilla en
la noche de abril, y aquél pueblo
de tu tierra un cielo en mi vida brilla.
Si un halcón, fue tu camino pobre
paloma, mi pecho quedo temblando,
mi alma en sus garras sangró, la luna
brilla en aquella noche de abril.
No olvidare cuando en tu tierra
te vi y una rosa bajo el rosal robe,
mis brazos se unieron a los álamos
bajo aquella noche de abril.
De tus párpados salieron lágrimas,
tus ojos se vuelven mansos y el cielo
se nublo en una noche de abril.
Las sábanas que bajo el cielo se
extienden, cuando la helada no es
blanca, amo está hermosa flor que
de tu piel fría caen lágrimas blancas.
Autor Juan Alonso Nebreda
No hay comentarios:
Publicar un comentario