la noche y yo embozado en mi negra
capa, busque el refugio en una noche
llena de oscuridad.
Yo deseaba emprender mi viaje pero
la mala suerte me dejo sin alas, no
podía volar por los valles y montañas
que existen por esos lugares.
El amor llamaba a mi corazón, yo
quería ver el amanecer y así ocurrió,
la vi descalza entre los robles, era ella
el amor soñado, en un amanecer, la
robe un beso en un bosque florecido.
Yo quería y deseaba ser un personaje
en un día cualquiera, besar los labios
con un anhelo inconfundible donde
solo existe amor, sudor y lágrimas.
Ella pidió amor en el silencioso
bosque, pero él quería ser lluvia en un
día inv
embravecido.
Y los dos nos amamos y
compartimos nuestros corazones, no
hizo falta hablar nuestros cuerpos se
fundieron en un solo ser bajo la mirada
del amanecer y del alba de la montaña.
Autor Juan Alonso Nebreda
11 de Abril del 2013.
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