Buscaba mi inocencia, solo al mirarte,
pero sé que soy responsable y como tal me
siento culpable de amarte, aquél día te
sentí y te ofrecí mi amor y mi sueño, un
sueño que sé que existe y te presiento
siempre, siempre estás dentro de mi vida
no deseo que salgas nunca de ella, porque
se que mi felicidad está en ti.
Te sentí y desee anular ese cariño que te
ofrecí, pero ya fue demasiado tarde, ese
amor había traspasado hasta el pensamiento
lejano, solo pronunciar tu nombre, mi alma
conmueve a mis sentimientos, ella a su vez
siente el placer de amarme, cuando hay amor
existe ese sentir y ese deseo bravo y feroz
de nuestras vidas cotidianas, más deseo
sentirte todos los días.
Me siento enormemente culpable de amarte
y tener esta relación lejana, que en su día nos
sentimos emocionalmente atrapados en este
placer, para sentir con un amor la larga y corta
distancia, solo me conmueven sus letras, cuando
me dices no te vayas no lo dejes para otro día, a
veces uno siente esas ganas de gritar, pero sé
que mis gritos quedan dentro de mi ser.
Sé que al ver y sentir tu grata y linda belleza,
y esos labios sonrosados, me hacen temblar al
compás de las palabras, amor deseo aclarar esta
conciencia que muchas veces pasa de largo en
nuestras vidas, y culpable de no saber amarte de
otra manera, aunque la vida nos quiete esos
abrazos y besos, también sé que la vida sabrá
compensarnos en esos momento siempre muy
deseados por los dos.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
31 de Marzo del 2019
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