Era el día de nuestro encuentro, el tiempo
reclamaba tú presencia, el día estaba oscuro
y bastante gris por el horizonte y el cielo
bastante taponado por las nubes, habia que
esperar, por fin se ve el sol y más corta se
hace la espera.
Llego la niebla y la lluvia, empezó a asomarse
de una manera suave pero fría, llegó la persona
amada al encuentro, tenía el rostro pálido y con
su cabeza mojada, su piel estaba completamente
helada y el frío se hacía sentir, nos abrazamos y
sentimos ese calor que dos seres que se aman
se desean.
Su ropa estaba completamente empapada, su
sonrisa apenas salia de su apagada cara y
buscaba con su mirada a su amor que sabía
que la estaba esperando, ese amor que la
vida fue forjando poco a poco hasta sentir
esa sensacion esperada.
Su amor se abrazo a ella y con sus brazos
y las manos se abrazaron sin cesar, se notaba
que había pasión en los dos, siguieron besándose
y amándose, sabían que el cariño entre los dos
era el verdadero, era ese amor sincero que a
través de la vida y el senti se llego a el.
Los despertó la pasión y apenas de estar
juntos ya caminaban sin pensar en la lluvia y
en el tiempo frío que ambientaba por esos
lugares, llegaron a su hogar, la cocina de leñas
los esperaba, se secaron de la humedad y
empezaron a vivir la vida con ilusión y con amor,
a veces surge pero se sabe que cuando hay
amor siempre hay compensacion en la vida .
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
8 de Enero del 2019
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