Buscaba mi inocencia solo al mirarte,
pero sé que soy responsable y como tal me
siento culpable de amarte, aquél día te
sentí y te ofrecí mi amor y mi sueño, un
sueño que sé que existe y lo presiento
siempre, ante ti siempre me ofrecí y deseo
que tu timidez desaparezca para siempre.
Te sentí y no deseo anular ese cariño que
te ofrecí, pero ya fue demasiado tarde, ese
amor había traspasado hasta el pensamiento
lejano, solo pronunciar tu nombre, mi alma
conmueve a mis sentimientos, ella a su vez
siente el placer de amarme, este amor que
aunque sea lejano los dos sabemos que
somo auténticos y nos deseamos cada día
y en cada momento.
Me siento enormemente culpable de esta
relación lejana, que en su día nos sentimos
emocionalmente atrapados en ese placer,
para sentir con un amor la larga distancia,
solo me conmueven sus letras, cuando me
dice, no te vayas no lo dejes para otro día,
y me conmueve todos los sentidos de esta
vida vivida con suma grandeza.
Sé que al sentir el aroma de tu belleza
y esos labios sonrosados, me hacen temblar
al son de las palabras, amor deseo aclarar
esa conciencia que muchas veces pasa de
largo en nuestras vidas, y culpable de no
saber amarte de otra forma, aunque en esta
vida la distancia se ama con el sentir de los
dos seres siempre enamorados y la luna nos
da esa paz que se necesita para vivir.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
27 de Septiembre del 2018
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