En mi teléfono suena esa voz, tan dulce,
placentera y sensual, esa voz que sale de
tu garganta feliz y me invita a pasar donde
ella me espera, es un lugar dulce, acogedor
y lleno de encanto, en una palabra en mi
destino, es un lugar placentero y hermoso.
Noches llenas de calor, son las que nos
esperan con esas melodías de amor que
cuidan de nuestra cuna, se que también
cuida de nuestros sueños, nos invitan a
viajar por ese espacio apacible, ilusionado,
llano que siempre es un misterio, es un
lugar vacio donde solo dos corazones
encuentran calor en la vida.
El calor que deseo escapo de mi pensar,
estaba yo equivocado, y en vez del espacio
eran unos valles llenos de belleza que el sol
lucia siempre pero sin su resplandor era una
inmensa oscuridad, yo deseaba volar y volar
pero nunca flotaba en el espacio.
La pregunta sigue en el aire, hay están sin
respuesta, y sin paisajes en el tiempo, solo
dos aves disfrutaban de su explendido vuelo,
se las notaba vacías volaban sin consuelo,
buscaban un lugar, para disfrutar de ese día
tan largo y ameno.
Tu risa se oía a través de ese espacio tan
risueño, soñé las pasiones, me entregaste
amor a este cuerpo lleno de vida e ilusiones,
llego la oscuridad en esta noche sin luz y
sin luna, nuestro nido nos espera pero las
aves, siguen sun rumbo para encontrar el
suyo, a veces se busca pero se que el
sonar del teléfono era esa voz que
siempre soñé con ella.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
12 de Noviembre del 2018
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