Me tembló el pulso en esa noche,
me enamore de esta soledad impropia
de la vida, me perdí en esta noche sin
verla, estaba alegre y brillaba mi pensar,
pero la noche estaba oscura y muy gris,
sabia que era penosa la espera pero
alzando mi voluntad espere.
Estaba muy cansado de tanto esperar
a la luna, no llega y mi desconfianza se
desespera, vi su cabello era pero no pude
distinguir su color, y sus ojos, así como
luceros que brillaban en la oscuridad de
este día tan oscuro, me sentía nervioso y
muy apagado, mi cuerpo temblaba de frío
de tanto esperar.
Sentía miedo y me recosté, tenía cierto
temor en su manera de ser, sabía que era
buena y dulce, pero mi temor aparecía
cada instante, al llegar al día siguiente y
al sentir la mañana, el alba me trajo una
carta, que me explicaba no huyas te
quiero y te espero, al principio dude pero
sabía que era el ser amado.
La carta me decía ven a mi corre como
un rayo te estoy esperando, yo siempre te
quise y este amor es puro y verdadero, ven
a mi, y a si al anochecer de otra tarde gris
mi adorado amor me esperaba para sentir
esa deseada espera en este dia apagado
y muy gris.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
13 de Octubre del 2018
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