como nunca brillara, el mar
se llevo muy lejos a mi linda
dama, dejandome agotado
con el profundo dolor, yo
solo con mi herida por la
perdida de mi amor.
Mi alma maltrecha y mi
corazón lloro la perdida de
mi dama que las tinieblas
cubrió.
Un buen día que en el
cielo como nunca brillara,
imagen adorada.
Cual pobre bohemio yo
vago sin cesar, buscando a
mi dama para poderla
encontrar.
Fiel a mi triste signo en
mi camino vagar, maldigo
este destino que me condujo
a amar.
Autor Juan Alonso Nebreda
2 de Junio del 2013
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