placentera y sensual, esa voz que sale de
tu garganta feliz y me invita a entrar
donde tu me esperas, es un lugar dulce,
acogedor y lleno de encanto, en una
palabra es mi destino.
Noches llenas de calor, son las que
nos esperan con esas melodías de amor
que cuidan de nuestra cuna, que
también cuida de nuestros sueños,
invitándonos a viajar por ese espacio
apacible y llano que siempre es un
misterio.
El calor que deseo escapo de mi
pensamiento, estaba yo equivocado,
y en vez del espacio, eran eso unos
valles llenos de belleza que el sol
lucia siempre pero sin su resplandor
seria una inmensa oscuridad.
La pregunta sigue en el aire, hay
están sin respuesta, y sin paisajes en
el tiempo, solo dos aves disfrutaban
su vuelo, estaban vacías volaban sin
consuelo, buscaban un lugar, para
disfrutar de ese día tan ameno.
Tu risa se oía a través de ese
espacio tan risueño, soñé las pasiones,
me entregaste amor a este cuerpo
lleno de ilusiones, llego la oscuridad
de esa noche sin luz y sin luna, nuestro
nido nos espera pero las aves, siguen
sin rumbo, para encontrar el suyo.
Autor Juan Alonso Nebreda
29 de Noviembre del 2013
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