Yo no soy único, hay personas que
siempre hicieron el bien, pero lo único
en mi vida nadie lo hace lo que tiene
que desarrollar, a mi que el destino me
nombró, me guió a seguir una ley del
destino y rigor, a mi que vine a esta
vida a sufrir y padecer.
Como una roca pesada que cae
sobre mi cuerpo el peso de la pobreza
para castigar mi ser, yo soy parte de
este destino sin regreso, no hay forma
de quitar el hambre de este mundo
frío y desenfrenado desde el día y la
noche.
Voy desnudo por la vida, sin alegría
y con muchas penas, vivir sin ilusión
y sin esperanzas, buscando siempre
soluciones de este avasallador y cruel
mundo, que nos sumamos a los vicios
y mal sabores de la vida.
Estoy perdido, estoy anclado por
el mundo y acusado por la justicia, me
siento humillado y desgarrado y soy
ajeno a las causas de este mundo que
te condena sin juicio justo y desapareces.
Autor Juan Alonso Nebreda
12 de Enero del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario