Junte tu linda boca con la mía.
¡Oh!estrella grande del firmamento.
Bako el hermoso sol del mediodía, me
comeré esta linda manzana.
En el verde pinar de la montaña, hay
una gran mansión del color de tu pelo y
carne rojiza que sabe a dulzura.
Me ofreces de tu cuerpo requesado,
el divino alimento de la miel, que son las
flores la causa de este pan alimentario.
Como te entregasteis a mi, flor radiante,
porque me diste amor y sexo lleno de
dulzura, no fue por mi persona desenfocada
o mis torpes piernas andantes, o fue el
talismán del acoso de mi vida.
Como no has suplicado en mis lamentos,
un amor profundo e inmenso.
Dañada de placeres eras conmigo, con
tu silueta hermosa y complaciente, me
huelen tus besos a heno reseco del sol y
del verano caluroso.
Te manchaste tus ojos con tu llanto,
dejaste de ser hermosa.
Tumbada y reposada con un manto
en la hermosa sombra de la pradera,
pintaste con tu boca ensangrentada en
el cielo un amor.
Y en el fondo de tu carne enrojecida
la estrella y la arrogancia del dolor.
Tu hermoso galán está cautivo de tu
mirada alegre y sonrosada, navegaré
desolado y pensativo junto a mi amor
eterno.
Autor Juan Alonso Nebreda
1 de enero del 2013
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