Mi alma, como una cobra
se ha desprendido de su piel.
Yo la miró entre mis manos,
llenos de sangre y rica miel.
Las preguntas me animaron
en tu vejez.
Donde está, donde está esa
alma, donde están las flores
que aromatizan nuestras frente.
Donde está la envoltura de
mi vida y de fantástico lucero,
dulce y delicado, dolido de lo
que ame, y ya no la deseo.
Yo veo en ti flores de
filosofía y ciencia, tumba de
poesías y versos de mi
antigüedad y y inocencia de
mis amores secretos.
Te puse sobre los pinos de
mi paraíso primordial y
junto a los álamos oscuros,
que de mi se ríen del mal.
¡Oh! Te pondré sobre la
capa del cielo, paraíso de mi
doliente amor, para que sepas
que los cantos que hacen son
entorno a tu amor.
Autor Juan Alonso Nebreda
21 de Enero del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario