Soy alegre, soy juerguista,
soy bohemio soy doctor, que
envidia tengo de los montes
empinados y nevados.
Que alegría cuando estoy
en ellos, sobre todo cuando
estoy con mi agradable
compañía, se me encienden
los ojos cada vez que la miro,
y me confieso al verlos tan
bellos.
Ni las tinieblas de la noche
ni los hielos me perdonan, no
hay guardas, pero si llaves
muy seguras que saben lo
que pienso y quiero, saben
que te añoro y no me niegas
tu persona.
Ya veo que te calas en las
bordadas telas y después en
un lecho calma y abriga
nuestra dulzura, gozos y
nuestras penas.
Doctor bárbaro y fiel como
si fueras doctora, muchas
personas están ahora saltando
de alegría y buscando en si su
tristeza con una fuerte firmeza,
para que en breve nos de la
receta y con ella la alegría
por todo el bien que nos dio.
Autor Juan Alonso Nebreda
22 de Enero del 2013
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