sábado, 14 de septiembre de 2013

(LA HISTORIA DE UN PERRO ENCONTRADO EN LA CALLE) DE JUAN ALONSO NEBREDA

       CAPITULO III

     Comente que si estaría limpio quizá sería bonito.
     Era de un tamaño normal ni grande ni pequeño, estaba muy bien.
     Despertaron los niños y muy enfadado les dije...
     Bueno ya podéis llevarlo a la calle.
     Déjalo quedar papa contestaron Asier y Itziar.
     Su triste y penetrante mirada me hizo dudar, pensé bueno siempre tuvimos perros, pero ninguno en casa.
    ¡Porque no probar!
     Inmediata mente puse solución al caso, que lo bañaran y lo llevaran al veterinario, rápidamente pues seguía oliendo mal.
    Contestaron los dos, vale lo aremos hoy.
     Seguía temblando, creo que tenia hasta palpitaciones, pero sobre todo olía mal.
     Cuando volvieron con el después de la consulta, mi preocupación había terminado, no estaba enfermo, solo tenía miedo.
     El segundo día de estar con nosotros, se desarrollo con normalidad y tranquilidad, si exceptuando que "Ton" que así le habíamos puesto, me seguía a todas partes, me seguía por la casa de un lado para otro, si me paraba yo se paraba el un fastidió.
      No podía moverme sin tropezar con el.
     Llego la noche y todavía el perro seguía sin bañarse y los niños contentos.
     Al tercer día la monotonía que estaba habituado se había desmoronado.
     Tenía que pensar que le gustaría para comer, que le sentaría bien, y sobre todo quién lo sacaría a la calle cuando fuese necesario y además. ¿Quién lo iba a bañar?
     Despedía un repelente olor y su pelo enredado y sucio me obligaba a pensar que, o lo bañaba yo , o ellos no lo bañarían.
     Tendré que hacerlo yo que remedio.
     Decidido y sin pensarlo más prepare agua caliente y con bastante jabón y lo bañé.
    Ya limpio y con el pelo desheredado, se le veía más bonito, incluso parecía precioso.
     ¡Sí era precioso!
     El tiempo fue pasando y el esta integrado a la familia y ¡Somos uno más!
     Su sinceridad y desbordante alegría y sobre todo su cariño y preocupación  por nosotros nos hace  ser felices y a su vez imprescindible dentro de nuestro hogar.
     Nos había ganado la batalla y llenando de alegría nuestros corazones.
     Sus gracias y arrogancias nos tenía embelesados y así fueron pasando los días.
     Este escrito es un pequeño homenaje al peludo "TON" Que un día cualquiera de un año llegó a mi vida enseñándome cariño hacía los animales y emborrachándome de esa ternura y cariño sin limites, que solo los animales saben dar.
    Este caso ocurrió hace aproximada mente treinta años, pero todavía esta fresco en mi memoria.
     Autor Juan Alonso Nebreda
     14 de Septiembre del 2013

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