jueves, 12 de septiembre de 2013

(LA HISTORIA DE UN PERRO ENCONTRADO EN LA CALLE) DE JUAN ALONSO NEBREDA.

     AMIGO "TON"
    ALEGRÍA EN LA TRISTEZA,
    COMPAÑERO EN LA SOLEDAD, CALLADO, PENDIENTE Y CORTES,
    SIEMPRE DISPUESTO A PERDONAR LOS MALOS MODALES Y
    MALOS COMPORTAMIENTOS DE LOS DEMÁS, RECIBIENDO EL
   CARIÑO QUE LE DAN, QUE ES MUCHO, ESTE ES EL AMIGO "TON"
   FIEL HASTA LA ETERNIDAD.
    
   CAPITULO 1
   Un día de invierno por la tarde la puerta de casa se abrió y de repente oí asombrado
lo que decían los niños.
    Ven entra.
     Rápidamente salí del salón, lo cual no sería mi asombro, cuando vi entre los niños
nada menos que un "can" todo sucio y maloliente estaba que daba asco verlo.
     De repente y sin respeto, pasillo adelante el can caminaba.
     Si un sucio y vagabundo perro y además con mucho pelo "Peludo"
     Mi reacción rápida y tajante fue, fuera de aquí y no dejarles seguir ni a los niños, ni
al dichoso perro, que olía a demonios.
     Fuera vosotros y el perro, fuera de aquí.
     Papá, Papá  dijo Asier, déjalo entrar que lo cuido yo.
      Nada de eso contesté, no quiero animales en casa y menos un can tan sucio y maloliente  como este y además "peludo".
      Anda papá dejárnoslo un poquito dijo Itziar, lo cuidaremos entre los dos.
      Ni hablar les contesté rápidamente, me dirigí al animal y le dije fuera...Fuera  les respondí una
y otra vez, pero allí nadie se movía.
       Vete perrito vete de aquí, pero no había manera.
       El dichoso "Can" era hasta sordo no quería oír.
       Total que se sienta y no se mueve del sitio.
      Al cabo de unos treinta minutos, seguimos en lo mismo, no los dejaba pasar, pero ellos no se marchaban y ni se separaban del can.
       Los niños murmuraban solo esta noche, hace mucho frío y esta temblando.
      No contesté cabreado y malhumorado, fuera, fuera, el can miraba con tristeza.
      Contestaba Asier solo esta noche y mañana se va anda déjalo.
      De repente la mirada del perro se cruzó con la mía y la manera en suplicarme en el hizo emblandecer  y latir mi duro corazón.
    De repente comprendí que me había ganado la batalla a una persona dura como yo.
    Autor Juan Alonso Nebreda
    13 de Septiembre del 2013
    SEGUIRÁ....

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