estrella grande del firmamento, Bako
el hermoso sol del mediodía, me comeré
esa linda manzana en el verde pinar de la
montaña, hay una gran mansión del
color de tu pelo y carne rojiza que me
sabe a dulzura.
Me ofreces tu cuerpo requesado , el
divino alimento de la miel, que son las
flores y las rosas la causa de este pan
alimentario.
Como te entregaste a mi, mi flor
radiante, porque me diste amor y sexo
lleno de dulzura, no fue por mi persona
desenfocada o por mis torpes piernas
andantes, o fue por el talismán del
ocaso de mi vida.
Como no has suplicado en mis
lamentos, un amor profundo y
inmenso.
Dañada de placer eras conmigo, con
tu silueta hermosa y complaciente, me
huelen tus besos a heno reseco del sol
y de un verano caluroso.
Te manchaste tus ojos con tu llanto
dejaste de ser hermosa.
Tumbada y reposada con un manto
en la hermosura sombra de la pradera,
pintaste con tu boca ensangrentada, en
el cielo un amor.
Y en el fondo de tu carne enrojecida
la estrella y la arrogancia del dolor.
Tu hermoso galán esta cautivo de tu
desolado y pensativo junto a mi amor
eterno.
Autor Juan Alonso Nebreda
14 de Julio del 2013.
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