manos, eran suaves y pequeñas,
comparadas con las mías, nos miramos y
nos reímos sin fin, te acaricie tus mejillas
y tu frente, me devolviste esa sonrisa que
en mi vida estaba sepultada.
Te entregue toda mi ternura y fuiste
agradecida con tu beso siempre al compás
de la vida, te mire y tú cara se acercó a la
mía, notando que estabas agradecida a mi
sentir, note tu cariño y también mi consuelo.
Mi sentir como persona al instante te lo
agradeció, al momento nos abrazamos uno
al lado del otro, caminamos, supe que si
estabas a mi lado, no me sentía solo, sentí
tú calor de este verano que aunque no
estemos juntos, siempre te pienso, como si
fuese realidad.
Te amo y te siento en el silencio de la
noche, donde su frescura llega a mi frente,
aunque te busque, esta luna sin luz no me
iluminó y no me ayudo a hacerlo, hoy
mañana u otro día cualquiera mi boca desea
besar esos labios que sé que son suaves y
me piden amor.
Autor Juan Alonso Nebreda
5 de Septiembre del 2016
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