mi regreso y es un buen día precioso
y con sol, aquí todas las hojas se
preparan para morir, en lo cual
quisiera entrar con mucha fe y amor,
dentro de mi corazón.
Desperté está mañana con mucha
niebla y tierna a su vez que movía con
mucha delicadeza el alba, en la que
veía muy señorial tu flamante mirada.
Ya están cayendo las hojas y las
flores y preparando ese cielo para
ensayar esos cánticos y trinos de las
aves que cantan por las mañanas.
A dios, a dios casa mía, hogar de
mis amores, espero que hoy sea ese
gran día, deje mi casa con ese olor a
incienso, abandone el ciprés con su
fuerte aroma.
Camino sin rumbo, y me pregunto
si un día volveré y ser el de antes o
elegí ese gran día, para volver a ti sin
espada, y una sola canción en mi
equipaje, amor, amor. amor.
Mi palma de la mano abierta y en
ella una flor, la cual es la que tu deseas
que te entregue, con esa entereza y ese
amor dedicado siempre a ti.
Donde esta tu casa, donde esta tu
hogar, no lo encuentro, pero tu sabes
que mi corazón llegara hasta ti, aunque
no vea tu jardín y ni una flor, solo veo
ese cielo y es tuyo también, hoy me
pertenece y deseo llevarte a él.
Autor Juan Alonso Nebreda
28 de Noviembre del 2015
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