pueblo muy bonito de Pontevedra de donde
eres tú y naciste, lo sé por tus recuerdos y
la hermosura de tu cuerpo, que acompaña
a ese pueblo tan precioso que un día hace
muchos años conocí.
Es una tarde lluviosa y viento del
noroeste, quedamos en el interior de un
restaurante para vernos y saludarnos,
también para degustar de unos platos que
en ese lugar preparan muy exquisitos.
Mi corazón y mi cabeza pensaban, la
gustare o seré mayor para ella, que es tan
preciosa que supera a una reina, cada vez
mi agitación era mayor, de pronto apareció
con su melena rubia y tan llena de luz y
vida, jamás estuvimos juntos, pero nuestro
saludo fue cordial y muy cariñoso, nos
besamos como si en realidad hubiésemos
estado juntos toda una vida.
Su perfume a rosa fresca me hizo soñar,
nos miramos a los ojos, la pregunte...¡me
quieres! me contesto que me amaba, mis
pupilas se veían relucientes llenas de vida
y alegría, que placer tener delante de mi a
la persona que siempre ame, desde el primer
instante que la vi, es la mujer que siempre
espere, nos despedimos, hoy en día mi amor
te sigo esperando.
Nota: Esto fue un sueño, pero que un buen
día, si pensé que se podría realizar, pero por
circunstancias de la vida sigo esperando,
existimos los dos.
Autor Juan Alonso Nebreda
9 de Febrero del 2014
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