Yo escribo tu nombre en la tarde oscura
y cuando llega la noche lo leo en la oscuridad,
y cuando salen los astros, la luna se pone
alegre, porque bebe de ella su dulzura y rica
miel.
Los ramajes se ocultan en la oscuridad y
penumbra de la noche.
Y yo me siento vacío por dentro y por fuera,
de ese fuego que me quema.
La pasión por la música, mi reloj dejo de
tocar nuestras canciones antiguas.
Yo pronuncie tu nombre en esa penumbra
oscura, tu nombre resuena en mi mente y se
aleja más rápida que nunca, más lejano que
el universo, más lejos que el amor existente.
Te amaré como siempre, puede ser que
alguna culpes a mi corazón.
Si las estrellas desaparecen, que otro amor
me espera en una noche tranquila, si mis manos
pudieran te bajaría la luna si para empezar
pudiera.
Autor Juan Alonso Nebreda
5 de Febrero del 2013
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