Yo te quise y te entregue mi
amor, fuiste mi querer y mi ilusión
y un fuego de cariño palpito en tu
alma y en tu corazón.
Más nada que al pensar que
jamás volverás y del amor que
nos dimos solo queda el fuego
en el alma.
Sé nos apagó la ilusión del amar
y del querer, solo quedan las
cenizas de fuego que se prendió
y en mi queda la herida para
siempre en el corazón.
Solo queda humo de nuestro
amor, estoy sin luz, ciego, el amor
me destrozo fue llama fugaz y
quedan cenizas nada más.
Autor Juan Alonso Nebreda
19 de febrero del 2013
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