Ella estaba muerta, casi
como el final de una novela.
Yo la amaba y ella era tan
tierna, con música de
maestro, tu me soñaras que
era para ti lo más tierno y
hermoso, con el pelo normal
o bien corto, yo te daba
besos sin darme cuenta y
que te amaba y me profundizaba
en su boca de sabor a miel.
Que gran romántica eras,
pero creo que te perdí, se
me avinagra la sangre y así
hasta que muera.
Eras presente, linda,hermosa
en primavera y yo enamorado
de otra, de aquella que escribió
su nombre sobre la arena.
Cuando yo llegué a tu casa
casi yacías muerta, entre cirios
y rosas, lo mismo que en las
novelas, rodeaban tu silueta
tus amigas, compañeras de la
escuela.
Yo había bebido alcohol
una botella entera, las campanas
tocan y retocan, no ha muerto
mi amor, pero si mi corazón
con ella.
Autor Juan Alonso Nebreda.
14-12-2012
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