siempre cuando no estás conmigo, veo a
través del tiempo como me la va
cambiando, la miro y siempre está
presente en mi memoria.
Mi madre natural de una ribera querida,
ciudadana de un pueblo de lo más
querido, tiempo excelente primaveral
con horizontes limpios y claros.
Tiene el pelo blanco canoso, mi
madre en el jardín de la casa estaba,
siempre rodeada de libros, que los lee
hasta que se cansa.
De ojos pequeños, frente ancha, el
rostro firme y mirada triste, siempre la
veo pensando en las cosas del ayer y el
renacer del mañana.
A veces la ves escribir, con sus letras
pequeñas, en lo que siempre medita,
sueña y sufre y a su vez habla muy alto.
¡Oh madre mía! Todavía estas en mi
vida en este presente y a la vez alegre y
a veces cruel, el tiempo borra lo pasado
y nos queda este presente de estar aquí
contigo.
Yo también soy mayor, el tiempo
pasa muy rápido cada día, recuerdo
cuando era niño como me guiabas de
la mano por esos senderos del bien, el
tiempo pasará para todos, pero mi
pensar en ti madre mía será eterno.
¡Oh madre mía! Donde estaremos
en esos tiempos del siempre a dios.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
Mayo del 2016
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