Desperté y te encontré entre
mis brazos, llorando de alegría
te grite, me escondí el rostro
entre mis manos, nos besamos
y seguimos amándonos.
Mi cuerpo está medio
dormido, no entendí tú llamada,
pues querías decirme no sé qué
cosa, pero al hablar calle tu
boca con mis besos y no
pregunte lo que querías.
Al llegar mi noche enamorada,
se vio la estrella muy radiante,
entro sin preguntar por la ventana
y reflejo tu rostro iluminado.
Yo sin pensar dormí entre tus
brazos, llorando de alegría grite
mi bien amada, pero tus besos
callaron mi sentido y así pasamos
largas horas.
Autor Juan Alonso Nebreda
26 de Marzo del 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario