Al anochecer del día, mi vida
se tira al mar, buscando sus
gozos que nadie sabe encontrar.
Con el paso de la tarde mi
vida se pone a pensar, sobre el
ruido de las olas y el gigantesco
ruido del mar.
Sobre el fondo de su alma, los
buques huyendo están, entre
bonitas "doradas" y el agua verde
del mar.
Ella os manda al mar y no ve
el cielo, solo hace que pensar,
haber si su amor llega y así
juntos marchar.
El gigantesco mar se agita y
el zumbido de sus olas hace
enfurecerse al mar.
¿Si su amor llega! y así
juntos de la mano marchar.
Autor Juan Alonso Nebreda
22 de Marzo del 2013.
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