me ofrecías, corrí por ese camino sin parar,
llovía y mi cuerpo solo deseaba ese calor
que siempre sentí, mis ojos no dejan de
llorar, las lágrimas caen mezcladas con la
lluvia, me sentía agarrotado pero tuve
fuerzas para seguir mi camino.
Sé que tu alma es de un ser maravilloso,
y no te dejas llevar por nada ni nadie, a
hora sé que algo pasó entre el ayer y el hoy,
a veces ese don poderoso que posees,
exclama un sentir en nuestras vidas.
Sigo el camino y mis ojos, siguen llorando,
corro, me paro y vuelvo a caminar, no sé si
te busque o me quede contemplando ese
infinito que cuando paro de andar diviso en
la lejanía, que pena que no sientas esos
sentimientos siempre igual, tú sabes que mi
alma esta junto a la tuya.
Deseo como siempre supiste, beber de
esos labios de sabor a miel que siempre me
diste, y sentir a tu lado ese cariño y ese amor
que juntos podemos realizarlo, pero siempre
por delante de ese amor manifestado entre
los dos,
Autor Juan Alonso Nebreda
12 de Noviembre del 2014
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