Los dos siempre estamos dispuestos
a amarnos aunque sea en ese lugar que
a veces frecuentamos con cariño, aunque
estemos en la luna siempre hay un lugar
para amarnos.
Somos dos seres con los sentimientos
desbordantes de deseo, que con frecuencia
y frescura nos abrimos al placer de la vida,
para disfrutar de nuestras de nuestra dicha.
A veces buscamos todo lo perdido,
nuestras mentes se borran para buscar la
felicidad a veces perdida y
desaprovechada.
Encontraremos nuestro silencio para
devorarnos en nuestros placeres, seremos
mar y viento unidos abrazados, logrando
a si nuestros deseos.
En el sueño que renace nos amaremos,
con esa fuerza de las olas, y ocurra lo que
ocurra seguiremos amándonos en todos los
momentos de nuestras vidas.
Autor Juan Alonso Nebreda
2 de Enero del 2016
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