En esta noche amorosa dulce
y callada, siempre se siente ese
alago de amor, llegando hasta tú
morada con este ritmo embrujado
de sentir ese canto lleno de furor.
Bella y gentil doncella, llena
de hechizo, oye y escúchame con
dulce pasión, no duermas más mi
linda zagala y asómate que te
canto yo.
Es una serenata que reclamas
al trovador, que de lejos ha
venido ha hacerte feliz hoy, para
que tú le prometas esa dicha y
ese placer para que lo ames
mejor.
Despierta ya mi princesa, que
con estas dulces caricias, son
para ti, por sentir ese canto
arrullador, despierta princesa
hermosa, que hoy a tus pies se
arrodilla el trovador.
Autor Juan Alonso Nebreda
2 de Abril del 2015
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