Me desperté ante el paisaje
de mi vida,con la esperanza y
el recuerdo roto, y en el rincón
de mi habitación me senté y
ante la cúspide de mi conciencia
me arrodille.
Y penetro en mi el frió gélido
del recuerdo perdido, aquel que
un buen día envolví el acero
templado, soldado por ambos
lados y jurando no volver a
mencionarlo.
Hoy en esta tarde de lluvia
y truenos, espejo oblicuo y
lágrimas enfrascadas en pomo
escarchado y rebosando las
heridas del pasado, vuelve a
mi el recuerdo de añoranzas
perdidas.
Resucitando llegan, que
pensé tenerlas curadas, llamo
al eco del recuerdo y junto a
el le ruego que me saque todo
el dolor que llevo dentro.
Autor Juan Alonso Nebreda
21 de Julio del 2013.
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