SUSPIRAR CON EL LLANTO DE (JUAN ALONSO NEBREDA)
Este suspiro al llanto de mis ojos
se abre al canto de los sentimientos
que florecen, todos sueñan con un
final irreal y distinto, las amapolas
florecen y sueñan con sus capullos
y pétalos rojos, es un suspiro de
estas flores tan reales como la vida
en distintas fases.
Todos sueñan con extrañas vidas
y rarezas, aventuras que no existen
y aventuras sin sombras, frutos que
a veces son inalcanzables y vientos,
lamentos que se cruzan sin en la vida
y a veces es nuestro destino.
Ninguna me conoce son amorosas
ciegas y desconocidas, los aromas
y sus perfumes huelen y nos dejan
ese sabor escondido y que no lo
vemos y esta enclaustrado para
siempre en nuestras vidas.
Cada semilla piensa hacer su
árbol genealógico, que cubre todo
el cielo de frutos y de hojas, por
la tierra se esconden vegetaciones
increíbles, llenas de entusiasmados
amores que hoy comprendemos al
verlos con el tiempo.
Ramas de árboles viejos y
rosales con rosas púrpuras que dan
vida a nuestras días, al verlos la
luna casi se ahoga de flores y rosas,
esos ramajes que se defienden de sus
ramas de los resplandores del sol, que
a veces se desgarran de sus árboles.
Dentro de mis ojos se abre el
camino para florecer lo ya perdido, solo
deseo no llantos y tener esa ilusión que
a veces se pierde, pero sé que nuestra
Luna sabrá reponer todos nuestros
sentimiento, lloros y suspiros de la vida.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
5 de Mayo del 2018
se abre al canto de los sentimientos
que florecen, todos sueñan con un
final irreal y distinto, las amapolas
florecen y sueñan con sus capullos
y pétalos rojos, es un suspiro de
estas flores tan reales como la vida
en distintas fases.
Todos sueñan con extrañas vidas
y rarezas, aventuras que no existen
y aventuras sin sombras, frutos que
a veces son inalcanzables y vientos,
lamentos que se cruzan sin en la vida
y a veces es nuestro destino.
Ninguna me conoce son amorosas
ciegas y desconocidas, los aromas
y sus perfumes huelen y nos dejan
ese sabor escondido y que no lo
vemos y esta enclaustrado para
siempre en nuestras vidas.
Cada semilla piensa hacer su
árbol genealógico, que cubre todo
el cielo de frutos y de hojas, por
la tierra se esconden vegetaciones
increíbles, llenas de entusiasmados
amores que hoy comprendemos al
verlos con el tiempo.
Ramas de árboles viejos y
rosales con rosas púrpuras que dan
vida a nuestras días, al verlos la
luna casi se ahoga de flores y rosas,
esos ramajes que se defienden de sus
ramas de los resplandores del sol, que
a veces se desgarran de sus árboles.
Dentro de mis ojos se abre el
camino para florecer lo ya perdido, solo
deseo no llantos y tener esa ilusión que
a veces se pierde, pero sé que nuestra
Luna sabrá reponer todos nuestros
sentimiento, lloros y suspiros de la vida.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
5 de Mayo del 2018
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