Te busque y te escuche, me dijiste
amor, se encendió mi corazón, no
temas no tiemble, se esperar el
mañana y el pasado.
Sabes te temí el perderte, el que tu
te fueses de mi vida, pero ahora y
para siempre te regalo mi querer ese
querer de amarte y regalarte todos
mis sentimientos.
Alma bien vestida y de singular
fama, tu fe ardiente te valoró,
glorifico la llaga en vez de llama,
eres ese ser bondadoso y glorioso, y
me bastara una mirada tuya para que
todo en nosotros sea felicidad.
Autor Juan Alonso Nebreda
18 de Noviembre del 2015
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