Hay un calor en tu cuerpo que
se funde en el mío, cuando a
través del cristal traspasa ese calor
para florecer y ejecutar nuestros
placeres con todo el sentimiento de
nuestros cuerpos.
Ahora estamos juntos y la idea de
amarnos es lo primero que se nos
presenta, el calor de nuestros cuerpos
nos une simplemente al contacto de
nuestras manos y miradas, nos
unimos y así permanecemos
conjunta mente con deseos y placeres.
Cuando el silencio inunda nuestros
sentidos solo se oyen nuestras ganas
de vivir y el seguir sintiéndonos y
amándonos, con el vibrar de nuestros
cuerpos, nació esa llama que sentimos
al amarnos.
Yo soy tuyo y tú eres mía, fuimos
atrapados por nuestros sentimientos y
encantos que siempre nos hemos
sentido, y así seguiremos hasta que
nuestra luz se nos apague.
Autor Juan Alonso Nebreda
31 de Octubre del 2013
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