mar, solo existe esa extensión inmensa de
tierra de labranza, tierra que a veces da
fruto y otras veces se va todo al traste, sé
que seré feliz, es un valle fértil y siempre
supe responder a la felicidad que un buen
día nos ofrecimos, pero hoy en día siento
ea lejanía, no siento su cabello cuando el
aire lo azota, ni tampoco el aroma de su
embelesado cuerpo, pero si esta esa Luna
Celeste que nos ama.
Si en esas tierras te dí el primer beso
ese beso robado al viento y a la luz de la
brillantez de tus ojos y de tu mirada que
me decías ámame, eramos dos seres
errantes, que juntos brillábamos con todas
nuestras amistades, éramos dos seres que
juntos formábamos ese mundo de amor,
y hoy sigo buscando en este sueño que
nunca acaba, pero se que falta muy
poquito para abrazarte.
Sé que no me importa el sol para sembrar
en ti, para regalarte ese cariño que juntos
nos juramos, aunque ese cielo este oscuro
y las noches de tinieblas, seguiré amándote,
continuare llamándote en este sueño
siempre esperanzador, pero siempre alegre
oigo tu voz que me dice te amo, ven corre
que siempre te espero con este abrazo
lleno amor y de esperanza, hoy la escuche
y me sentí muy feliz.
Autor Juan Alonso Nebreda (España)
10 de Noviembre del 2016
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